Una escena típica y tópica es la de un ninja que junta las manos, pronuncia un conjuro mientras hace unas formas con los dedos y luego desaparece, provoca una tempestad o revienta unas rocas. En realidad, esto no es más que un mito. En misiones en las que tenían que arriesgar sus vidas, los ninjas no solo debían tener una buena forma física, sino también una excelente disciplina mental. Estos sellos los hacían como forma de relajación mental, para concentrarse y autosugestionarse de modo que aseguraran el éxito de la misión. Existían distintos tipos de sellos que se empleaban para quitarse el miedo, pedir deseos o librarse de demonios. En la actualidad estos sellos los emplean los monjes budistas durante su formación y hay estatuas budistas haciendo diferentes sellos cada uno de los cuales tiene un significado.