En una época en la que no se podía viajar ni desplazarse con libertad, los ninjas realizaban misiones de espionaje disfrazándose para poder infiltrarse en territorios enemigos. Entre los disfraces más típicos figuraban: 1. Monjes: komusou (monjes mendigantes de la secta Fuke), shukke (monjes budistas) y yamabushi (monjes ascetas de montaña). Los ninjas debían aprender a leer los textos sagrados y a comportarse como monjes. 2. Comerciantes: vendedores ambulantes que se desplazaban por todo el país. 3. Artistas: actores de saragaku (un tipo de teatro popular) y artistas callejeros. Los ninjas debían dominar un arte escénico y ser capaces de viajar por el país realizando sus interpretaciones. 4. Gente común: agricultores y guerreros. Los ninjas debían dominar un dialecto y vivir de acuerdo a las costumbres de la tierra. Ciertas profesiones como los komusou, los yamabushi y los comerciantes tenían un permiso del gobierno para poder viajar libremente por el país, lo que los convertía en modelos perfectos para disfrazarse. Los ninjas también podían adoptar la apariencia de ancianos pintándose arrugas y lunares o maquillarse para hacerse pasar por enfermos y hacer que el enemigo bajara la guardia.