Si bien se concedía mucha importancia a la posición social de los vasallos del shogunato conocidos como bakushin (幕臣), entre los que se incluyen los hatamoto (旗本), vasallos de mayor rango, y los gokenin (御家人), samuráis de rango inferior, su vida distaba mucho de ser cómoda. Solamente trabajaban un día de cada tres, por lo que se veían obligados a tener un empleo suplementario. Por ejemplo, podían ganarse la vida enseñando artes marciales o a leer y escribir, haciendo de peluqueros, afilando catanas, arreglando armaduras o trabajando el campo.