Según los preceptos samuráis, cuando en un combate uno de los dos contendientes derrotaba al otro, debía también truncar su vida. No darle el golpe de gracia se conocía como kirisute (斬り捨て) y el samurái que actuara así sería ridiculizado por carecer de serenidad y sangre fría y desconocer la etiqueta adecuada.