Bañarse es una costumbre muy arraigada entre los japoneses, que siempre han disfrutado de los baños termales (onsen) o de los baños públicos (sentou), así que es frecuente que las familias llenen una bañera con agua caliente para bañarse. Como comparten la misma agua para bañarse, primero se enjabonan y limpian el cuerpo en la ducha y, después de aclararse bien, se meten en la bañera.