Cuando llegan a la escuela, los alumnos son inspeccionados en la entrada o el vestíbulo para comprobar que el uniforme, la cartera, el calzado y su peinado son los reglamentarios. También pueden llevarse a cabo inspecciones de este tipo por sorpresa dentro del aula. Se suele tener en cuenta la longitud de la falda, los calcetines, la cartera, el cinturón, las uñas y los pendientes. La rigurosidad de estos controles depende de cada escuela. Como contrapartida, hay algunas que no realizan esta clase de inspecciones. Los pioneros de los uniformes llamativos fueron los “yankii”, un grupo de alumnos muy popular hace un par de décadas. Este estilo se caracterizaba por las chaquetas cortas y las faldas largas (chicas) o por pantalones amplios con dobladillos ajustados (chicos) y fue adoptado por los alumnos más temperamentales.